Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
En este día de Corpus Christi, nos reunimos como hijos e hijas tuyos para honrar y adorar al Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, Jesucristo. En este momento sagrado, abrimos nuestros corazones para recibir con gratitud y reverencia tu presencia real en la Eucaristía.
Señor Jesús, gracias por entregarte a ti mismo como pan vivo bajado del cielo, para ser nuestro alimento espiritual y fortaleza en nuestro peregrinar en este mundo. Reconocemos en la Eucaristía el misterio de tu amor infinito, tu sacrificio redentor y la promesa de vida eterna.
MÁS NOTICIAS