Noviembre, mes de los difuntos, mes de recuerdo para todos los que han partido hacia la vida eterna, prometida por medio de la Resurrección de Cristo y muy especialmente por los hermanos de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Por ello la Virgen del Primer Dolor ataviada de luto, representa el dolor de tantas familias que han perdido en estos tiempos a un ser querido y que su recuerdo los hace estar a nuestro lado, sobre todo que ellos nos animan y nos estimulan en la vida que a nosotros nos queda por vivir.
Fuertes en la FE, la resurrección es sobre todo un canto a la vida, es la manifestación de que la muerte no es lo último que nos pasa, es la manifestación de que ante la muerte también cabe la esperanza, es la demostración de que la muerte no es el final del camino.
“Señor, tú que conoces nuestra profunda tristeza por la muerte, concede a quienes acatamos con dolor tu voluntad, el consuelo de creer que vive eternamente contigo en la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”
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